Noche del domingo 26 de junio. El Partido Popular celebra la victoria electoral en su sede de Arrecife entre gritos de “Sí se puede” o “Coletas, escucha, el glamour está en la lucha”. De repente, recordando la famosa escena de la escalera del Titanic, entra en escena el galán San Ginés, que viene de conocer los peores resultados para Coalición Canaria en décadas.
- ¡Pedro, querido! ¡Viniste!
- Claro, Ástrid, ya te avisé que si lograban someter a los bolivarianos vendría a darte el beso que te mereces.
- ¡Pero estás loco! ¿Qué dirán en tu partido? Lo del petróleo no fue hace tanto.
- La gente no tiene memoria, Ástrid, ¿es que aún no te diste cuenta? Podría salir mañana defendiendo a Soria y apostando por el petróleo y a nadie le parecería extraño. Es lo que tiene ser el líder supremo de una secta nacionalista.
- Tienes razón, como siempre. Y mira, entonces, ¿estaremos juntos pronto?
- Yo creo que sí. Si no, ¿para qué habría venido?
- No sé, pensé que era solo por tu obsesión paranoide con los de Podemos.
- Pues estás tú bonita para hablar de obsesión, con lo que te han hecho a ti y las cosas horribles que han dicho de tu chalet.
- Bueno, lo dejamos en que a ninguno de los dos nos gustan esos perroflautas y acabamos antes. ¡Ay, Pedro! ¡Estoy tan contenta de que hayas venido! Y mira a Joel, no le veía tan eufórico desde que ordeñó una cabra en la campaña. El pobre pensaba que la leche salía de los tetrabricks y se puso como loco.
- Te lo debía por lo que han conseguido. España les debe mucho por haber frenado el avance chavista.
- ¡Jesús, Pedro! ¡Tú hablando así de España! ¡Como te oigan tus compañeros!
- Te vuelvo a repetir, Ástrid. Podría decir “Arriba España” y nadie se enteraría. Podría decir que me limpio el culo con la bandera de las estrellas verdes y nadie me tosería.
- Eres único, de verdad. ¿Por qué lo dejamos, Pedro?
- Ya lo sabes. Lo nuestro no funcionó. Pero siempre hay una puerta abierta. De hecho empiezo a estar harto de Pepe Juan y de Bergaz y su insoportable seseo, como si no estuviera orgulloso de hablar como los canarios. Le odio con todas mis fuerzas.
- ¡Ay, Pedro! ¡No me hagas coger ilusiones que después es peor! Si quieres algo dilo claro.
- Ya sabes lo que hay. Desde que el PP asuma el mando en España, tú y yo volveremos a estar juntos. Te lo juro por Bárcenas.
- ¡Qué grande Bárcenas!
- ¡Qué grandes nosotros!
Comentarios
Fuerte lo de CC. Y siguen bajando