Loly Poppins promete un nuevo PSOE “con el tufillo rancio de Susana Díaz y el liderazgo elegante de Pedro Sánchez”

LE ACOMPAÑA BERT ESPINO, FONTANERO DEL PARTIDO

El musical de fantasía Loly Poppins vuelve a los escenarios lanzaroteños tras el descalabro de Susana Díaz y el apoyo decidido que le ofreció la secretaria general de los socialistas en la isla. “Como en la versión original, se trata de una película que combina realidad con animación”, asegura Poppins, “y en este caso la realidad es que el partido está escorado peligrosamente a la derecha y la animación consiste en creer que nada de eso era cierto, que era solo una mala racha o que en este mundo ya no se puede ser de izquierdas de verdad”.

En esta nueva versión, la niñera mágica Loly Poppins vuelve a utilizar su estilo único para mejorar la vida de su partido, con apasionados discursos combinados con una visión ultrapráctica de la política: “Apostamos por Susana porque su tufillo rancio nos hace recordar a esos olores de la infancia, Susana huele a hogar, huele a multinacional eléctrica, huele a puerta giratoria y a todas esas cosas a las que debería aspirar el verdadero socialismo. Es una pena que los locos de las bases hayan optado por el dependiente de El Corte Inglés”.

Loly aparecerá acompañada en todo momento por Bert Espino, a quien la niñera ha contratado para limpiar la chimenea y las cloacas del partido, pero finalmente logra todo lo contrario. La situación en el Cabildo es un desastre, con el empleado del malvado Juanfrin como vicepresidente y con la consejería de Política Territorial en manos del Padre Bergaz, que amenaza con excomulgar a todo el que no quiera consensuar su Plan Insular.

En la versión conejera de la película, Loly Poppins cambia la popular “Supercalifragilisticoespialidoso” por otra frase aún con menos sentido, “Ahoratocaunidadintegracionnuevadireccionymuchailusion”. Finalmente, el viento cambia de rumbo y Loly Poppins desaparece en el cielo, volando con su paraguas ideológico hecho trizas tras tantos años de contradicciones y justificar lo injustificable.

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