Miedo en los medios

Está a punto de pegar el gran reventón la burbuja mediática o mediocre que llevaba años cómodamente instalada en Lanzarote, la isla con más medios de comunicación por metro cuadrado de toda España y parte del extranjero. El hecho de que no haya un duro –y mucho menos un euro- en las instituciones públicas, las ubres de las que se sustentan esencialmente la tira de televisiones locales, revistas y demás publicaciones engañosamente gratuitas (en realidad las pagamos todos, vía subvenciones públicas para publicidad directa o indirecta de alcaldes o presidentas cabildicias), está provocando desapariciones encubiertas (Lanzarote Televisión), fusiones (Radio Horizonte con Punto Radio) y otras sorpresas que están al caer, puesto que los acontecimientos se precipitan en cascada en los últimos días.

LTV, una de las primeras televisiones locales asentadas en la isla, parece haber “muerto de éxito”, pues según el cachondo y maquilladísimo Estudio de Medios del Cabildo era uno de los canales con más audiencia (para que no se diga que los encuestadores no tienen sentido del humor), y además acababa de ser “premiada por los favores prestados a Coalición Canalla” con una de las disputadísimas licencias digitales otorgadas por el Ejecutivo autómata que preside el “gran” Paulino. Curiosamente, acaba de desaparecer o ser deglutida por los poderosos Hermanos Domínguez, propietarios de Las Arenas Canal 9, para sorpresa –principalmente- de otras teles locales que se quedaron sin el ansiado juguete digital.

Punto Radio Lanzarote, cuyos anteriores propietarios, los jefazos ricachones del PNenL, Caco Becerro de Oro y Pedro de Armas Tomar, pagaban tarde y mal a sus 3 contados trabajadores, se diluyó en el éter. Ahora, la emisora de Vocento en Lanzarote se ha aliado con la dubitativa Radio Horizonte. Una operación que ha tenido como “daño colateral” la desaparición de las ondas del muy moderado, nada sensacionalista y siempre objetivo Carlitos Inza y su melodiosa voz de terciopelo. Y suma y sigue en ese carrusel mediático que no ha hecho más que empezar a girar como loco. Agárrense, porque vienen muchas más curvas… y más de uno acabará expulsado del caballito, estampado contra el suelo de la cruda realidad.

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