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Creado en 04 Abril 2011 0 Comentarios

Desconcierto en el sur

aguagrifo

Francisco Lemes, agricultor jubilado de 72 años, hacía el paseo diario por su finca del municipio de Yaiza, cuando el pasado lunes vio a lo lejos unos coches negros aparcados junto a la carretera.

Al acercarse, pudo comprobar que cuatro hombres de mediana edad, perfectamente vestidos con trajes de chaqueta y zapatos negros, sonreían y tocaban el agua que salía de un grifo mientras un fotógrafo tomaba imágenes de tan singular escena. Francisco pensó que tal vez estuviesen rodando un anuncio “de esos raros de Emilio Tuchi” y se acercó a preguntarles a otros hombres que acompañaban a los enchaquetados.

“Perdonen, ¿ustedes vienen con estos señores?”, les preguntó. “Así es”, le contestó Antonio, un chico joven con un gesto serio, como si llevara diez años enfadado. “¿Y qué hacen?”, volvió a preguntar Francisco. “Inaugurando el grifo”, dijo Antonio. “¡Ah! ¿Y para qué?”, insistió. “Pues para que la gente sepa que estamos trabajando para el pueblo y lo tengan en cuenta dentro de poco, que toca votar”.

En ese momento, uno de los enchaquetados, sin pelo y con gafas, se manchó de barro uno de sus zapatos y gritó: “chacho, mis zapatos nuevos, yo me voy ya al coche oficial que se me va a oxidar la hebilla”. Otro de ellos, joven y con el brazo vendado, le dijo: “como se nota que vienes de una farmacia y no de un barrio humilde como yo”.

Francisco observó la escena y se entristeció de repente, sin saber muy bien por qué. Quizá porque pensó que aquellos hombres enchaquetados eran en el fondo niños que jugaban con un grifo. Quizá porque entendió que esos niños gobiernan la isla y que el grifo era su cartera.

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