Imagínenlo si pueden: desde por la mañana hasta por la noche, persiguiendo a una tribu de cortacintas y descorrecortinas sonrientes; soportar las entrevistas en las que rara vez dicen algo nuevo (menos mal que Candidiasis Regadera nos alivió de vez en cuando con sus propuestas para la cuarta edad); los mítines y las garbanzadas; acompañar a la manada de políticos en su ritual de cada cuatro años: besando niños, charlando con los vecinos, prometiendo mejoras, aparentando ser maravillosos… y ellos allí, grabando, escribiendo…
El sector mediático es especialmente sensible al despilfarro, las mentiras y las manipulaciones habituales de una campaña política como la sufrida, pues han sido testigos de primera mano de la incompetencia y las aberraciones cometidas durante legislatura.
Según los últimos estudios, las tensiones que soportan los profesionales de los medios de comunicación en un periodo electoral pueden llegar a alcanzar hasta 8,9 puntos en la escala Reporter, por lo que ya comienza a oirse hablar de programas de desintoxicación postelectorales especialmente diseñado para ellos.
Al parecer, la empresa norteamericana “Betterkillthem” piensa instalarse en Lanzarote para ofrecer este tipo de programas. Relax, música chill out, masajes y películas de los hermanos Marx son parte de la terapia que deben seguir los periodistas y trabajadores de los medios para superar el duro trance de las elecciones.