Concluyó la semana pasada uno de los juicios más vergonzosos de la historia reciente de Canarias. A pesar de la contundencia de las mismas, la Justicia parece no haber encontrado evidencias para condenar a los imputados por haberse mamado unos cuantos milloncejos de ayudas europeas a la formación de trabajadores en el ya triste caso Forelan.
Y es que algo huele a podrido en todo este caso. Primero la insólita tardanza del procedimiento, pues se juzgaron hechos de hace diez años. Segundo, la circunstancia de que los imputados sean personas muy cercanas a Coalición Canalla. Y para remate del esperpento, el abogado defensor era también el secretario de los socialistas lanzaroteños (no se pierdan la tradicional fellatio que le practican en el último trasmallo de Lamelot).
Cuando vengan las próximas elecciones y este señor nos venga a decir que su partido defenderá la independencia de la Justicia, será un buen momento para recordarle este juicio con un buen corte de mangas.
La mayoría de personas que conocen sólo un poco de lo que se cuece en Lanzarote saben lo que de verdad ocurrió en el caso Forelan. Y lo saben porque esto sigue siendo un sitio pequeño y algunos de los que estaban cerca y lo vieron tienen boca y lo contaron, por mucho que esta Justicia violada siga dictando sentencias que nos condenan a todos a ser una panda de inocentones.