Dicen que las casualidades no existen, que todo es cuestión de sincronicidad. De ser así, la sincronicidad llevó al presidente del Real Madrid al puerto deportivo Rubina Maricón hace unas semanas e hizo que se fijara en una casa que sigue resistiendo las ansias constructoras de los especuladores que construyeron el complejo náutico.
La sincronicidad hizo que Calderón quedara prendado con la frase de una pancarta que luce la casa, que ordenara que se pusiera en el vestuario del Madrid para alentar a sus jugadores, y que la noticia saltara a los medios nacionales la semana pasada.
Y la sincronicidad hizo también que Perico y su partido Aislado Alternativo decidiera en ese momento presentarse al Senado y seguir tocándole los cataplines a Alternativa Ciudadana.
Después de tres meses invicto, el Madrid perdió el sábado 2-0 con el Almería, y comienza a extenderse el rumor de que ha vuelto a consumarse la maldición que dice que todo lo que toca Perico lo convierte en mierda.
Lo sentimos por el Real Madrid, que con toda probabilidad no ganará ningún título este año, y por Alternativa Ciudadana, que creó el monstruo periquista que ahora les está matando.