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inalsa

Lo bueno de hablar públicamente sobre temas económicos es que puedes decir la parida más grande del mundo que nadie parecerá darse cuenta de nada.

Algo parecido pasó hace unos días en la presentación del Plan de viabilidad de Inalsa (viable no sabemos, pero fiable no es ni de coña), donde se dieron algunos datos sobre la financiación del citado Plan. Resumiendo mucho, se vino a decir que, de los 77 millones de euros que iban a invertir, 47 provendrán de créditos empresariales y 9 de un crédito bancario. Todo ello, claro está, negando cualquier acusación de privatización de la empresa, que es una cosa que no tiene nada que ver con endeudarse hasta las cejas con empresas privadas.

Además, está claro que no hay nada de qué preocuparse, sabiendo que detrás del Plan está la mano de Dios Dimas (de Plácida aún no hay constancia de que haya tomado una sola decisión propia como consejera), un hombre cuya solvencia y honradez avalan unas cuantas sentencias judiciales. Por lo tanto, lo más probable es que todas las acusaciones sean infundadas.

Eso sí, en el Plan se recoge una subida del 40% en el precio del agua, con el criterio habitual de subirle más al que menos consume. Mientras a los que hoy pagan 8 euros, la subida será de 3,36 euros (un 42% de subida), para los que hoy pagan 35 la subida es de 4,80 (un 14% de incremento). Pero vamos, a estas alturas ya sabíamos que todos estos planes terminan beneficiando a los de siempre.

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