“De tanto mirar hacia otro lado, todos los habitantes se volvieron estrábicos…” (EL ROTO)
Una Justicia que permite que un ser humano viva como lo hizo Expedita es una Justicia enferma; un ayuntamiento, Cabildo, Comunidad Autónoma o Estado que permite que un ser humano viva como lo hizo Expedita es una institución enferma; y una sociedad que permite que un ser humano viva como lo hizo Expedita es una sociedad enferma.
Y más aún en una islita que se ha pasado treinta años cagando dinero por los cuatro costados, sin que esa riqueza haya llegado a quienes más lo necesitan. Al contrario, la codicia de unos y las actitudes corruptas e incompetentes de otros han desperdiciado la oportunidad de aprovechar el supernegocio del turismo para reducir al mínimo la vergonzosa tasa de pobreza que tenemos y redistribuir más equitativamente los gigantescos beneficios que se han llevado unos pocos.
Si con todas las Expeditas y Expeditos que aún sobreviven en nuestras calles, esta Justicia, estas instituciones o esta sociedad no son capaces de reaccionar, es que además de enfermos nos hemos convertido en una comunidad de miserables.