“Tenemos que cuidar esta isla como si fuera un vergel. Para eso, no se pueden hacer a diario discursos fatalistas ni muchísimo menos podemos pensar en documentos territoriales que cercenen la capacidad inversora, no sólo de lo público sino de lo privado, de aquellos que seguimos creyendo en esta Isla”.
Esas fueron algunas de las alucinantes declaraciones de Mortadelo Fabián la semana pasada, en la que podemos apreciar claramente el espíritu del PIL y la famosa verborrea de los Martín.
Hay que cuidar la isla como si fuera frágil, pero sólo hasta el punto en que no afecte a los intereses del dinero de la isla. Seguro que el nuevo director de la oficina del Plan Insular tiene puesta esa frase en la pared de su despacho.