Pura excitación social

En sus ojos se refleja aún el brillo de los días de gloria, de las caravanas a Berrugo y los gritos guturales, megáfono en mano, durante la manifestación del 27 de septiembre de 2002. Para Pedro Hernández los últimos años han significado reposo, reflexión serena y un lento proceso de hibernación a la espera de que un acontecimiento le despertara de su letargo.

Tal vez por eso, cuando le volvieron a llamar de diferentes medios de comunicación, no pudo reprimir la emoción que surgió en forma de polución espontánea mientras contestaba una de las entrevistas que ha ofrecido durante estos días. “Ha sido muy intenso todo”, confesó.

Ante el anuncio del Ministerio de Industria de permitir las prospecciones petrolíferas cerca de nuestras costas, Perico, como se le conoce popularmente, se ha mostrado dividido. “Por un lado está claro que no es una buena noticia desde el punto de vista medioambiental, pero si lo vemos desde la perspectiva de que puede permitir mi regreso a la primera línea mediática, la cosa se relativiza un poco”, comentó.

Para el ex consejero del Cabildo, “esta isla necesita de nuevo un líder que sepa dirigir a las masas con paso firme, y no creo que seamos muchos con ese perfil. No es fácil que en una sola persona confluyan tanta sabiduría, pasión, poder de persuasión y esa pizca de extravagancia paranoide que resulta tan atractiva para el pueblo medio”.

Respecto a las críticas de algunos de sus antiguos compañeros de lucha, Hernández confiesa sentirse “muy incomprendido”, aunque cree que aquella experiencia le sirvió para “aprender la lección”. “No fue fácil”, recuerda, “pero me sirvió para darme cuenta de quiénes eran realmente fieles a mi persona y quiénes no. Por eso estoy tan ilusionado ahora, porque se abre ante mí la posibilidad de rodearme de nuevo de gente buena y lista que sepa apreciar todo mi potencial como líder revolucionario”.

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