Fenómenos paranormales

Los telespectadores de Lancelot TV se llevaron un buen susto el pasado martes durante el transcurso del programa de debate “Café de Periodistas”. En diferentes momentos del programa, el director del programa, Jorge Coll, y uno de los contertulios comenzaron a sufrir “dolores puntuales e intensos” justo en los instantes en que nombraban a César Manrique el día en que se cumplían 20 años de su muerte.

El primero en percibir las señales fue Jorge Coll. Mientras se refería al valor del legado del artista y la importancia de que perdure su espíritu y amor por la isla, su rostro se desencajó mientras daba un brinco en su silla. “Fue una sensación horrible”, comentó el periodista, “como si alguien desde otra dimensión me estuviera metiendo un micrófono gigante por el ano”.

Otro de los contertulios, Manuel García Déniz, declaró haber sufrido una presión en la entrepierna también coincidiendo con el momento de su intervención sobre el artista: “La verdad es que fue realmente extraño e inquietante”, comentó García, “de repente, mientras pensaba lo que iba a decir sobre César sentí como si alguien empezara a apretarme poco a poco los testículos, y cuando empecé a hablar sobre él la sensación ya era como si me los golpearan con el filo de una piedra volcánica. Traté de disimular porque estaba en directo, pero me quedé blanco de la impresión”.

Tanto Coll como García Déniz prefieren no sacar conclusiones precipitadas sobre lo ocurrido. “Probablemente se trate de una casualidad, no creo en espíritus ni en el más allá ni veo Cuarto Milenio. El urólogo me ha dicho que estoy perfectamente, pero seguro que existe una explicación razonable y clínica a lo ocurrido, porque yo soy el máximo defensor de las ideas de César”, manifestó García Déniz.

Por su parte, Jorge Coll confiesa no tenerlo tan claro: “Son demasiadas casualidades. Justo después de sentir los dolores me vino a la mente la escena del nuevo documental sobre Manrique en la que el artista afirmaba enfadadísimo que el Apartotel Fariones era una construcción fascista propia del mismísimo Mussolini. Reconozco que se me partió el corazón escuchar a César en ese mismo documental diciendo que desprecia con toda su alma a los especuladores, y seguro que Juan Francisco Rosa también sufrió al oirlo”.

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