José Juan Lorenzo revela que por las noches se transforma en Lassoman para salvar los negocios de su familia
TAMBIÉN LE AYUDA NIVARIAMAN
Superman, Batman, Spiderman... Lanzarote ya tiene su propio superhéroe, Lassoman, tal y como confirmó ayer en rueda de prensa José Juan Lorenzo: “Por el día paso desapercibido con una vida anodina como Consejero Delegado de los Centros Turísticos, pero por las noches entro en una puerta giratoria y salgo convertido en Lassoman para salvar los negocios de tito Rafa, que tanto me necesita”. Además, según confesó, “cuando necesito una ayudita extra llamo a Nivariaman, un amigo que tiene una empresa de informática y con el que hemos hecho muy buenas migas”.
Lorenzo Lassoman reveló que, al contrario que a Spiderman, “a mí no me picó ninguna araña, sino el gusanillo de la buena vida, la náutica y ese aura de fascinación que me despierta tito Rafa”. En este sentido, confirmó que “claro que hemos montado el museo submarino para salvar Marina Rubicón, pero no fui yo, en realidad fue una idea de Lassoman que después yo me he encargado de llevar a cabo”.
Entre las proezas que ha realizado en la isla Lassoman, destaca el contrato que firmó en 2007 como gerente de los Centros Turísticos con Nivaria, que le sirvió para que esta empresa le contratara al año siguiente como Business Development, un cargo que, como él mismo ha confesado, “tenía un nombre así como rimbombante pero vamos, que hacer hacer no hacía mucho”. Eso sí, cuando volvió a los Centros Turísticos en 2012 volvió a contratar a Nivaria con dinero público, “porque es de bien nacidos ser agradecidos, y eso ni es puerta giratoria ni es nada, eso se llama ser buena persona”, dijo Lassoman.
Pero no queda ahí la cosa. Lassoman cobró durante años de la Asociación de Estaciones Náuticas de Lanzarote, es decir, de Marina Rubicón, para justo después de dejar la gerencia de esa asociación gastarse un millón de euros de dinero público para montarle el museo submarino al puerto deportivo. “Junto a la obra que le adjudiqué a mi suegro, es la hazaña de la que más orgulloso me siento, porque el puerto lo estaba pasando muy mal económicamente y se merecía toda mi ayuda. Por suerte, Lassoman siempre está cuando Tito Rafa lo necesita”, dijo Lorenzo.
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